EL PAIS-ECONOMIA (Thiago Ferrer Morini
19 JUN 2014 - 11:58 CET) (Click aquí al enlace original)
El recientemente elegido primer ministro indio, Narendra Modi, va poco a poco desvelando sus planes de reforma económica tras la victoria de su partido, el nacionalista Partido del Pueblo
(BJP, en sus siglas en hindi) en las elecciones de abril y mayo. Aunque
las encuestas ya daban por hecha la victoria de la coalición
conservadora encabezada por Modi, la abrumadora mayoría absoluta
conseguida (336 de un total de 545 escaños) ha reforzado en los inversores la expectativa de que los ambiciosos planes de reforma económica del primer ministro saldrán adelante.
El pasado día 9, el presidente indio, Pranab Mukherjee, desgranó ante
el Parlamento las principales líneas de actuación del nuevo Ejecutivo.
"Mi gobierno seguirá una política de incentivar las inversiones,
incluyendo inversiones directas del exterior, que se permitirán en
sectores que ayuden a crear empleo y bienes de equipo", declaró.
La esperanza de los inversores es que la economía india recupere el
brío perdido en los últimos años. En el último trimestre de 2013, el PIB
del país asiático creció un 4,7% con respecto al mismo periodo del año
anterior, muy por detrás del 8% chino y de las propias cifras indias de
años anteriores. Según varios economistas, este crecimiento no permite
crear empleo suficiente para un país donde 13 millones de personas
entran cada año en el mercado de trabajo.
Aunque, por ahora, los planes del Ejecutivo no están del todo
definidos —los presupuestos, que se presentan en julio, serán la primera
oportunidad para ver cómo se concreta la voluntad de apertura del nuevo
Gobierno— los inversores han reaccionado a la intención de Modi con
entusiasmo. Desde el 8 de mayo el índice Sensex de la Bolsa de Bombay,
la principal del país, ha ganado un 14,3%, mientras que el bono a 10
años, el de referencia de los mercados, ha caído alrededor de 30 puntos
básicos.
"En los últimos ocho meses, tres fondos de inversión soberanos de
Asia occidental han invertido más de 5.000 millones de dólares (3.700
millones de euros) en India", señala Sumedh Deorukhkar, de BBVA
Research. "Otro fondo de pensiones global se ha comprometido a invertir
450 millones de dólares (330 millones de euros)".
Entre los objetivos de Modi está el mejorar los ferrocarriles,
auténtica columna vertebral del país. A pesar de los esfuerzos para
modernizar la red, la mera escala del sistema hace difícil y caro
cualquier intento de mejora. La sociedad de ferrocarriles india gestiona
89.800 kilómetros de vías —la cuarta red más larga del mundo— 7.146
estaciones y 1,3 millones de empleados.
Otros de los objetivos de infraestructuras del nuevo Ejecutivo son
proseguir la mejora de los puertos y carreteras y crear una red de
aeropuertos que atienda a las ciudades menores —un nuevo empujón a la
espectacular expansión del sector aéreo en el país asiático—.
La factura de todos esos proyectos promete ser alta. Un estudio
encargado por el propio Gobierno indio estima el coste de modernizar
solo la red ferroviaria en 5,6 billones de rupias (68.700 millones de
euros). En su discurso, el presidente afirmó que para pagar la mejora de
infraestructuras el Ejecutivo recurriría a "métodos innovadores de
financiación" y pondría en marcha un sistema "rápido, previsible y
receptivo a la financiación extranjera de colaboraciones entre el sector
público y privado".
La industria militar representa otro espacio con posibilidades para
los inversores foráneos. "Se espera que, bajo ciertas condiciones, el
nuevo Gobierno elimine los límites al capital extranjero en ese sector",
señala Deorukhkar. "Esto ofrece oportunidades a países que han tenido
un crecimiento acelerado en sus exportaciones de defensa, como es el
caso de España", dice Deorukhkar..
Según el último estudio del Instituto Internacional de
Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI, en sus siglas en
inglés), en 2013 India gastó 47.400 millones de dólares (34.935 millones
de euros) en sus Fuerzas Armadas, un 45% más que en 2004 y un 2,5% del
PIB. A pesar de que es una cifra elevada, para una nación con ambiciones
de supremacía regional, India sale perdiendo en la comparación con
China (cuyo gasto militar creció un 170% en ese mismo periodo de tiempo)
y Pakistán (que, según la CIA, gasta un 3,1% de su PIB). "India puede
ser una plataforma global para la fabricación de material de defensa",
declaró el presidente Mukherjee.
El Ejecutivo nacionalista también quiere garantizar la
autosuficiencia energética del país asiático apostando por un abanico
completo de fuentes de electricidad y combustible, desde el carbón hasta
energías renovables como la solar y la eólica. El objetivo es eliminar
la crónica incapacidad de la oferta eléctrica para igualar el
espectacular crecimiento de la demanda. Según la Oficina Central de
Estadísticas, a pesar de que en el periodo entre 2007 y 2012 se
instalaron 55.000 megavatios, en las horas de más demanda la diferencia
entre las necesidades eléctricas y la potencia instalada es del 9%. Para
el experto de BBVA Research, "las empresas españolas y latinoamericanas
pueden sacar partido a las posibilidades de inversión en este sector,
tanto en el sector del petróleo y del gas como en el de las renovables".
Los planes de Modi están respaldados por sus más de 12 años al frente
del Estado de Gujarat, al oeste del país, donde el nuevo primer
ministro se ganó una reputación de partidario de la iniciativa privada.
Sin embargo, se ha de enfrentar a una gigantesca y anquilosada
burocracia estatal y a los gobiernos de los Estados, algunos de ellos
abiertamente hostiles al libre mercado.
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